Con una misa solemne cargada de simbolismo en la Plaza de San Pedro, el papa León XIV dio inicio oficial a su pontificado ante una multitud de fieles y más de 150 delegaciones internacionales. En su primera homilía, hizo un firme llamado a la unidad de la Iglesia, la paz global y el cuidado de los sectores más vulnerables, al tiempo que rindió homenaje a su predecesor, el papa Francisco, recientemente fallecido.
“La muerte del papa Francisco llenó de tristeza nuestros corazones”, expresó emocionado el nuevo pontífice, quien además advirtió sobre “un paradigma económico que margina a los pobres y explota la Tierra”. León XIV enfatizó la necesidad de una Iglesia “unida, signo de comunión, que sea fermento para un mundo reconciliado”, y subrayó que “el papa no puede ser un líder solitario ni un jefe por encima de los demás”.
El inicio de la jornada fue marcado por una oración íntima en la cripta vaticana ante la tumba de San Pedro. Luego, León XIV recorrió durante media hora la plaza en el papamóvil, saludando a la multitud que lo recibió entre aplausos y vítores. La ceremonia continuó con la entrega del palio y el Anillo del Pescador, símbolos del poder papal, por parte de los cardenales Dominique Mamberti y Luis Antonio Tagle, respectivamente.
En su mensaje, el pontífice pidió a la Iglesia tender puentes con otras religiones y superar las divisiones internas. “Queremos ser una levadura de unidad, de comunión y de fraternidad. Decirle al mundo: ¡acérquense a Cristo!”, exclamó.
Entre los líderes presentes estuvieron Sergio Mattarella (Italia), Volodymyr Zelensky (Ucrania), Gustavo Petro (Colombia), y los reyes Felipe VI y Letizia (España), entre otros. Por Argentina, la delegación fue encabezada por la ministra Sandra Pettovello y el canciller Gerardo Werthein, en representación del gobierno nacional. El presidente Javier Milei no asistió, debido a compromisos electorales en Buenos Aires.