El Gobierno presentará este lunes el Presupuesto 2026 en el Congreso, con la exposición del presidente Javier Milei por cadena nacional. Según la información oficial, el documento contempla un superávit primario del 2,2% del Producto Bruto Interno (PBI), junto con proyecciones de crecimiento ajustadas por inflación, pese a que la economía atraviesa un período de alta volatilidad.
Cuando el ministro de Economía, Luis Caputo, envió el anticipo del Presupuesto en julio, se estimaba que el dólar cerraría 2025 en $1.245. Hoy, la cotización supera los $1.450, poniendo a prueba los límites de la banda acordada con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Además, las tasas de interés actuales superan el 60%, más del doble de las previstas en julio, y la inflación acumulada hasta agosto alcanzó el 19,5%, aunque el Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) la ubica en 28,2% para todo 2025.
El desfasaje entre proyecciones y realidad llevó a que el FMI ya considere que las metas fiscales y económicas pactadas en abril podrían requerir ajustes. Julie Kozack, vocera del organismo, afirmó que esperan “el Presupuesto de 2026 para continuar este progreso, sentar bases para las reformas fiscales necesarias y consolidar los logros alcanzados hasta la fecha”.
El anticipo de julio estimaba un crecimiento del PBI del 5,5% para 2025, con un aumento del 5,3% en la industria, 7,6% en el comercio, 7,2% en el consumo privado y 22,7% en inversión. Las exportaciones crecerían 3,7% y las importaciones 25,2%. Para 2026, se proyecta un incremento de la recaudación tributaria del 22,3%, con la presión impositiva subiendo del 22,23% al 22,74% del PBI, impulsada por Ganancias (+23,2% interanual) y otras medidas de administración tributaria.
Históricamente, los presupuestos enviados por el Poder Ejecutivo al Congreso cuentan con facultades para ajustar partidas sin alterar el gasto total, por lo que las cifras finales suelen modificarse. Milei busca que el proyecto se apruebe sin cambios, pero las negociaciones con gobernadores y sectores de la oposición podrían moderar el superávit proyectado.