Desde que Javier Milei asumió la presidencia, su política económica se centró en recortar el gasto público y controlar la emisión monetaria. Con una inflación que alcanzó el 25,5% en diciembre de 2023 y comenzó a desacelerarse recién en abril de 2024, el oficialismo destacó la mejora en los ingresos reales de sectores como la Asignación Universal por Hijo y algunos jubilados. Sin embargo, no todos los beneficiarios del sistema previsional fueron alcanzados por esta recuperación.
Según datos oficiales, quienes cobran la jubilación mínima junto al bono de $70.000 acumularon un aumento nominal de 185,9% en los primeros 17 meses de gobierno. Frente a una inflación del 204,9% en el mismo período, la pérdida de poder adquisitivo fue del 6,2%. En contraste, los jubilados que perciben haberes superiores sin ese bono obtuvieron una recomposición del 226,8%, logrando recuperar un 7,2% frente al deterioro sufrido durante la administración anterior.
El gobierno utilizó un DNU para suspender la Ley de Movilidad y otorgar subas mensuales basadas en la inflación. A partir de abril, esta medida comenzó a mostrar mejoras relativas. Con un ajuste del 3,73% en los haberes este mes y una inflación estimada del 2,2%, la pérdida para la mínima se reduce al 5,3%, mientras que quienes ganan más consolidan una mejora del 9,6%. El promedio general arroja una pérdida del 2,2%, que podría caer a 0,8% en mayo.
A pesar de esto, legisladores opositores denuncian que el ajuste fiscal recayó en gran parte sobre los jubilados. En las últimas semanas, intentaron convocar sin éxito una sesión especial en la Cámara de Diputados para actualizar el bono y restituir por dos años la moratoria previsional. Además, critican que el sistema actual sigue perjudicando a los más vulnerables y exigen una solución estructural.
La relación de las jubilaciones con la canasta básica sigue siendo desfavorable para quienes cobran la mínima. Aunque la caída del poder adquisitivo se desacelera, la pérdida es sostenida. El Gobierno, por su parte, asegura que la recuperación solo será sostenible con una economía en crecimiento, que permita mejorar los salarios y los aportes al sistema de reparto.
“El objetivo es que los haberes se actualicen de forma más realista y mensualmente, pero todavía queda mucho por corregir”, reconocen desde el entorno económico del Ejecutivo. Mientras tanto, el debate por el futuro del sistema previsional vuelve a encenderse en el Congreso, con millones de jubilados esperando respuestas concretas.